De negocios y ser feliz.
Ser feliz :) Y ahí estaba yo, sentado en un mueble de madera, ese mueble que es tan cómodo hasta para armarlo en 2 pasos. Observando debajo de ese árbol de limón que me dio sombra por el día y limones por las noches. Si ese árbol hablara me cobraría cada ciento de limón que cortaba de el; y si fuera posible sacaría las raíces de donde se encuentra sembrado para ir a otro lugar en busca de nuevas oportunidades; como yo lo estoy haciendo después de casi 8 meses de abrir por primera vez ese bar. Creo que me estoy dando muchos créditos al decir “abrir”... En realidad el crédito no fue solo mío; realmente nunca lo fue. Yo simplemente era el repartidor de cervezas; por no decir el mesero del local. Cuando mi novia y 3 de sus amigos vieron ese pequeño bar a la entrada de la ciudad supimos que era muy pequeño, creo que las primeras veces soñamos con un lugar donde podrían entrar cientos de personas, cosa que nunca sucedió y nos tuvimos que conformar a tan solo 6 mesas, 24 sil