De negocios y ser feliz.

Ser feliz :) 
Y ahí estaba yo, sentado en un mueble de madera, ese mueble que es tan cómodo hasta para armarlo en 2 pasos. 
Observando debajo de ese árbol de limón que me dio sombra por el día y limones por las noches. Si ese árbol hablara me cobraría cada ciento de limón que cortaba de el; y si fuera posible sacaría las raíces de donde se encuentra sembrado para ir a otro lugar en busca de nuevas oportunidades; como yo lo estoy haciendo después de casi 8 meses de abrir por primera vez ese bar. 

Creo que me estoy dando muchos créditos al decir “abrir”... En realidad el crédito no fue solo mío; realmente nunca lo fue. Yo simplemente era el repartidor de cervezas; por no decir el mesero del local. 

Cuando mi novia y 3 de sus amigos vieron ese pequeño bar a la entrada de la ciudad supimos que era muy pequeño, creo que las primeras veces soñamos con un lugar donde podrían entrar cientos de personas, cosa que nunca sucedió y nos tuvimos que conformar a tan solo 6 mesas, 24 sillas, 2 sillones, una barra y a un
pequeño baño "unisex" en donde hombres y mujeres peleaban por entrar. Como odio esos lugares donde solo existe un solo baño para mujeres y hombres. Meses después comprendí que a muchos clientes no le importaba eso. 

La idea se volvió tan simple, vender cervezas extranjeras y hacer algo “nuevo” y poco conocido. 

El "boom" llegó demasiado rápido. Cervezas extranjeras muy buenas, otras no tanto. La prioridad era vender, conocer y disfrutar. Y lo disfrutamos, disfrutamos el tener a las 2 compañías cerveceras pelear por “patrocinar” el lugar con sus cervezas "premium" ; cosa que en un principio, siempre declinamos a sus ofertas.
Después de un tiempo aceptamos firmar un acuerdo con una de ellas. Siempre pusimos nuestras reglas: “Venderemos su cerveza pero sin ninguna exclusiva” es decir, seguir con nuestro negocio inicial, extranjeras y ahora nacionales. Como la mayoría de promesas, estas llegaron a ser falsas, así que nos fuimos con la competencia sin darle explicación a la primera empreza, el lujo de dejarlos era de nosotros, eso nos hacía más "valiosos".

Ellos si supieron "atraparnos". Publicidad, patrocinios, regalos, promociones... una nueva cara al negocio con colores nuevos, equipos nuevos, etc. estábamos donde queríamos: en la cima.

Nunca quisimos cerrar llegando el amanecer, lo raro es que casi siempre era lo que sucedía. Tampoco queríamos tener a la gente cantando, gritando, riendo tan tarde. Cuando eso sucede los problemas llegan solitos. Permisos en cuanto a la venta de cerveza, al ruido provocado hasta altas horas de la madrugada. Ver a gente esperando una de las 6 únicas mesitas con las que contaba el local. Gente importante cerrando el negocio para ellos solos. 

A los 4 meses ya no importaba más el negocio de las cervezas extranjeras, ahí era hacer dinero a grandes cantidades con las nacionales. Era trabajar de lunes a viernes cada quien en sus respectivos trabajos y por las noches abrir el local que ya había gente esperando. Los últimos 3 meses ya eran solo discusiones entre los propietarios. Faltas, retardos, robos.
Bien dicen que cuando quieres algo lo tienes que hacer tú solo ó con la persona en la que más confías. Lo aprendimos demasiado tarde. Al final la solución llegó por si sola. Un grupo de gente protestando por el exceso de ruidos por las noches, los permisos que con la ayuda de grandes influencias nunca importáron... hasta este día, el día que me tomo esta última cerveza y veo como recogen los muebles que durante 8 meses fueron la mitad de mi tiempo. 

No me arrepiento, son momentos que disfruté mucho, el salir a la calle y saludar a gente que hace 8 meses eran desconocidos para mi ahora preguntan cual será mi siguiente paso. 


-Es tan simple- respondo. -Ser feliz :) 


La felicidad no existe. Solo existe ser feliz cada día.

Buenas noches :)

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